domingo, 20 de octubre de 2013

Carlos Ruiz Zafón: 'La sombra del viento'

'La sombra del viento',
'El juego del ángel' o
cómo plagiarse a sí mismo
Ha sido algo curioso lo que me ha pasado con este libro. Lo he leído después de El juego del ángel, que es la segunda novela de la trilogía de El cementerio de los libros, y que ya he comentado en este blog. Lo curioso, por decirlo así, es que ha habido muchos momentos, sobre todo en la primera mitad del libro, en que realmente no sabía si estaba volviendo a leer El juego del ángel o se trataba de verdad de una novela distinta. En otras palabras, los personajes, la ambientación, el lenguaje, el argumento de ambos libros resultaban tan semejantes que era casi imposible distinguirlos, y esto, obviamente, no habla nada bien de su autor. Uno puede entender que una novela de ambiente, que trate de crear un mundo propio, repita lugares e incluso personajes -como hacen Muñoz Molina en Mágina o Luis Mateo Díez en Celama-, pero cuando también el argumento y las situaciones particulares se repiten es cuando uno empieza a pensar que ese autor: 1) está tomando el pelo al lector, 2) está aprovechándose de su primer éxito sin escrúpulo alguno, 3) no tiene inventiva suficiente para ensanchar el mundo que ha querido crear... Sea cual sea la opción en la que encajemos a CRZ, me parece que si uno ha leído y sufrido La sombra del viento no merece la pena que lea y vuelva a sufrir con El juego del ángel, y viceversa. 

      Realmente lo único que me parece interesante y a lo que creo que CRZ podría sacar mucho más juego es al mundo literario del Cementerio de Libros Olvidados, que le podría dar para un buen número de aventuras metaliterarias y reflexiones acerca del poder y la perennidad de la literatura. Pero, por desgracia, el autor parece no saber aterrizar ahí ni sacarle provecho que podría. Por el contrario, nos llena el libro con  una  mezcla de historias góticas y  folletinescas que  al menos para mí nunca pasan de eso, y que por ello nunca consiguen revivir de verdad la Barcelona de la pre y la posguerra. Los personajes son una mezcla de figuras de novela del folletín del XIX, de personalidades actuales metidas con calzador en un escenario acartonado y en un argumento que sólo tiene como mérito el atar los muchos cabos que se han ido abriendo a lo largo de la narración. 


     Y esto por no hablar del lenguaje. Ya se ve que el autor no es un estilista ni tampoco parece preocuparle en absoluto. Apenas se notan vuelos o frases únicas y logradas, aunque haya, eso sí, muchas pretensiones de asombrar a los lectores menos exigentes. Además, si en El juego del ángel los diálogos entre sus personajes parecían estar encaminados a ver cuál de estos tenía la lengua más aguda y viperina, en La sombra del viento, la mayoría de ellos parecen estar hechos o pensados con y para la entrepierna, sobre todo los del priápico Fermín. Y esto hasta el punto de que me ha hecho pensar si su autor no tendrá por ahí algún complejo freudiano al que haya querido dar salida con esta novela. Escenas como la visita final al asilo con la prostituta de turno son realmente superfluas y bochornosas, con el agravante de que el autor las quiere hacer pasar por divertidas y necesarias para la trama. Por el contrario, la figura de Beatriz a la que se le podría haber dado una profundidad mucho mayor, queda al final reducida a un personaje de comparsa y completamente jibarizado al lado de otros como Fumero o la misma Nuria. En fin...



¿Es CRZ el Manuel Fernández y González del siglo XXI?
¿Cuántos se acuerdan hoy de MFG?
     Igualmente limitada me ha parecido la forma en que el narrador principal inserta otras voces narrativas en la historia (la de Jacinta, la del padre Fernando, la de Nuria)... Aunque algunos de estos recursos sean los propios de la novela de folletín, la verdad es que al final da la impresión de que el autor no es capaz de manejar esa polifonía de voces, y que esas intervenciones aparecen ahí no como deberían  sino siendo una mezcla de un narrador que no puede escribir de otra manera y al que le han salido tantos personajes y una acción tan complicada que no sabe qué hacer con todo ello y tiene que optar por la simpleza típica de los bestsellers. Justo lo contrario de las grandes novelas. Y en cuanto al final, tan tierno, si algún lector quiere leer algo semejante pero un poco más serio, le aconsejo el cuento "El cojo", de Max Aub, con el nacimiento de la simbólica Esperanza al final de la tragedia. Y lo mismo digo de los amores ignoradamente incestuosos entre Julián y Penélope; si alguien cree que eso es un hallazgo de CRZ, no tiene más que leerse cualquier novela más o menos folletinesca del XIX; se va a encontrar con situaciones análogas como para parar un tren (un solo ejemplo: Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde)...

    Obviamente, no es una novela  para recomendar a nadie. La única ventaja que puede tener sobre las novelas de folletín del XIX es el no estar escrita por entregas y por ello, el tener cierta consistencia argumental. Pero ni el estilo, ni los personajes, ni el ambiente  de época pueden tomarse en serio. Como más o menos apunté en la entrada dedicada a El juego del ángel, CRZ puede ser nuestro popular Manuel Fernández y González del siglo XX-XXI, pero de seguir así, le pasará como al del XIX, que hoy nadie se acuerda de él. (Carlos Ruiz Zafón: La sombra del viento. Barcelona: Planeta: 2012, 575 pp.).



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