martes, 17 de noviembre de 2015

'La reina del sur' debería venderse con diccionario (Arturo Pérez Reverte)


He empezado a leer La reina del sur, que para algunos es la mejor novela de Pérez Reverte. Hasta ahora no puedo desmentir esa opinión, pero lo que llevo leído tampoco me parece que sea para tirar cohetes. Un mérito que de todos modos sí tengo que reconocer es la riqueza y amplitud de vocabulario  que el autor maneja en los dos principales registros del libro, el del habla coloquial mexicana y el del léxico geográfico y marítimo. Con el primero estoy familiarizado por los años que llevo viviendo en el sur de Texas y las temporadas que he pasado en México, así que no he tenido muchos problemas para descifrarlo. El segundo me parece más lejano, por ser de tierra adentro y no haber navegado tanto como el Capitán Nemo.  Por eso he echado de menos algún mapa o glosario al final del libro. Pero también creo que la mayoría de los lectores se perderán más de una vez con tanto vocabulario nuevo o especializado. Esto, por supuesto, no es una limitación del escritor, pero sí puede serlo de la editorial, que quizá debería haber seguido el ejemplo de otras para obras semejantes. No sea que al final al lector se sienta naufragar, como les ocurre a los marineros del divertido microrrelato de Ana María Shua, que reproduzco abajo: 

"¡Arriad el foque!, ordena el capitán. ¡Arriad el foque!, repite el segundo. ¡Orzad a estribor!, grita el capitán. ¡Orzad a estribor!, repite el segundo. ¡Cuidado con el bauprés!, grita el capitán. ¡El bauprés!, repite el segundo. ¡Abatid el palo de mesana!, grita el capitán. ¡El palo de mesana!, repite el segundo. Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio."


Y la próxima semana, la reseña.
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